
EasytechPro
Por: Yeison Gómez
Este momento de mi historia empieza con un amigo de la Universidad, un día caminando y discutiendo me di cuenta que tenía dentro una incertidumbre por las oportunidades futuras, por qué vendría después de…
El viaje
Por situaciones de la vida terminé viviendo en Bogotá en búsqueda de un cambio. Allí empecé procesos de entrevista, en cada una me daba cuenta que eso era justo lo que no quería, NO QUERÍA UN EMPLEO.
Entrevista I
La mejor forma de conseguir una entrevista de trabajo es efectivamente es a través de una bolsa de empleo. Uno de los lugares que se interesó en mi fue un curso de inglés, que más que enseñar se dedicaba a vender. Llegué efectivamente a la hora programada; pero el entrevistador llegó tras dos horas de espera. Esto me pareció indignante. No les importaba nuestro tiempo.
Cuando a mis manos llegó la hoja de asistencia no puse mis datos de contacto, el entrevistador se percató de ello y me preguntó por qué lo había hecho; yo, ahí en frente de todo el mundo le dije: “es que no quiero que me llamen”. Él se descompuso, fue como un baldado de agua fría; yo simplemente le di la mano, me despedí de todos y me fui.
Clínica de ventas
No faltó la entrevista comercial, sabía que ese trabajo no era para mí, estaba sobre calificado, pero igual me quedé en la entrevista grupal porque quería aprender. Entre todas las actividades la clínica de ventas me parecía la más interesante. Quería hacerlo, al llegar mi turno mi pareja fue la psicóloga. Nos sentamos en frente de todos y le dije: “Le ofreceré un producto que tiene dos características, la primera que le será muy útil y funcional, la segunda, que podrá acceder a él. Ella intentó rebatirme preguntando cuál era el producto, yo reiteré mi pregunta porque sabía que si podía sacar un sí sincero ya tenía el 90% de la venta ganada.
Ella al verse cuestionada me respondió que sí, y yo solo le dije “bienvenida”, ya había ganado. Todos se habían quedado atónitos. Luego de eso me llamaron no para ese puesto sino uno de rango superior, pero dije que no. Yo estaba buscando algo nuevo.
El gran negocio
Después del fracaso en mi última entrevista, se me presentó la oportunidad. El abismo de trabajar en un sueño, una empresa de desarrollo de software, entendí cómo funcionaban los engranajes de una empresa de tecnología e hice una pequeña muestra de mis capacidades. Uno de mis conocidos dio mis referencias a una persona que necesitaba de mis servicios, un proyecto de $6.000.000; en ese momento pensé que, si eso salía, dejaría todo lo demás para dedicarme de lleno a mi sueño. Y así fue, mi primer gran negocio había llamado para confirmarme la consignación de $600.000 adelantados para empezar a trabajar. Cuando colgué me di cuenta que no tenía idea de cómo hacerlo, pero bueno aún son mis clientes.

El abismo
Después de eso me encontré con un muro; había dedicado gran parte de mi tiempo a desarrollar, enclaustrado en mi casa con una relación directa e interna con un computador. Supe que no era eso lo que quería, quería más, quería llegar más lejos.
Por esos días mi hermano estaba a punto de graduarse de la Universidad, sería un elemento clave para mí, pero, ¿estaba dispuesto a asumir el riesgo?
Él por su lado tenía excelentes ofertas de trabajo y mi propuesta fue algo desconcertante. Lo que hice fue pedirle su ayuda con un proyecto pendiente, del cual el sacó su proyecto de grado y la fuerza para decirme sí y lanzarse conmigo a un abismo, nunca caímos, solo empezamos a volar, al inicio torpemente, pero volamos.